Aproximación al dolor desde la creación artística - MADONNA
Todo intento de creación artística es, al comienzo un diálogo imposible entre el artista y la nada.
En el principio es la nada, contenida en un átomo dividido por una cifra incalculable. Esta es una situación absurda que deriva en el tópico del artista creador, su enajenación.
Esta Madonna nace predefinida de modo verbal y teórico, no del ejercicio directo del pincel, se trata de un humanoide en forma fetal informe e indefinida. Se ven ojos, lentes, microscopios, engranajes, etc. en el área del cerebro.
El cuerpo es el dibujo de un embrión, líneas de ramificación y coloraciones simbólicas.
El corazón es una vidriera en la que aparece la Catedral de León cuyo rosetón es un ojo.
En conjunto aparenta ser un personaje llamado SuperTeam, es decir Súper Equipo.
Hay una mano realista y otra que es un guante.
Está presente el recuerdo de mi hermano Luis y sus Madonnas sobre tabla y altar.
En el rosetón veo a Luis Garcia Zurdo con sus emblemáticas vidrieras.
TRAS LA ELABORACIÓN
Finalmente el resultado es más de figura de medio cuerpo que de humanoide informe, aunque como figura contiene la informalidad inicial. El resultado último es más complejo, hay estampados que recuerdan antiguos colchones de hospital y también cierto mundo de metamorfosis Kafkiana que nos remite al dolor, la tristeza del dolor que no tiene solución porque también es vida y color.
Me he dejado llevar por cierta abstracción simbólica (término acuñado por Jesús Torbado para definir la obra moderna de mi hermano Luís), una suerte de acumulación de contenidos entre los cuales pudiera aparecer, casualmente, la belleza divina.
Este cartel (su función) me ha resultado complejo como cuadro (su esencia). Podría abordar el tema indefinidamente barajando el blanco y negro como eje central y casi cualquier opción estilística y técnica.
Eduardo López Casado